Con el amor, la locura, la muerte y el poder, el teatro abarca toda la condición humana: Fernando de Ita
Karla Galarce Sosa
De Ita sostuvo que decidió titular su participación El teatro es mejor que la vida porque el título es una especie de provocación para que la gente se interese en el teatro, debido a que consideró que la vida es lo principal para cualquier ser humano.
Para el también periodista, la mayor ventaja del arte teatral y en especial de la dramaturgia, es que los autores dejan una parte de su vida en los textos que escriben.
Consideró al teatro de este siglo como un “arte subterráneo” porque no es como fue en el siglo XIX y principios del XX, un espacio de expresión donde asistían grandes masas y se ha convertido realmente en un arte de iniciados.
Una de las tareas que Fernando de Ita se ha propuesto para continuar haciendo teatro es el encuentro vivo de un ser humano con otro. “Eso es lo que tenemos que defender. El teatro es un lugar de reflexión, es un lugar donde ocurren cosas que no ocurren en ningún otro escenario.”, dijo.
En relación a la poca o nula valoración que los gobiernos, en todos sus niveles, dan a las actividades artísticas o culturales, expuso que el arte es la cara amable de la política. “Cuando los funcionarios entiendan que el arte es la cara amable de la política van a entender que ellos mismos tendrán un beneficio a partir de las acciones artísticas y culturales, porque son las que quedan”, manifestó.
Actualmente –continuó– hacer teatro es verdaderamente un milagro. Hay que luchar en contra de todo, contra la indiferencia, la falta de apoyo, la falta de público. Pero eso lo convierte en una aventura que vale la pena intentar.
Respecto a la marcada diferencia que existe en México en la infraestructura cultural anotó que en el sureste o en el sur donde la cultura está viva, sin embargo la infraestructura es muy escasa.
“La cultura no sólo es la creación de objetos artísticos o producciones de arte, sino que está involucrada de manera implícita con la vida”, sostuvo.
Los análisis que Fernando de Ita ha realizado sobre las propuestas escénicas de los últimos meses hablan del uso de la tecnología en el lenguaje de los jóvenes, al respecto anotó que artistas menores de 25 años, de alguna manera nacieron con la nueva tecnología.
Habló acerca de una propuesta que se originó en Oaxaca: “es un teatro virtual que hizo un chavo de Tehuantepec en la que esta usando la memoria colectiva pero presentándola de una manera actual, contemporánea, que son exactamente lo ritos, las leyendas las costumbres las vivencias es un lugar como Oaxaca que tiene una gran parecido con la cultura de Guerrero”, subrayó.
Señaló que esa parte cultural del país no necesita ni un solo instrumento virtual para poder expresarse.
“Creo que ese lenguaje lo va a determinar la gente, los artistas que cada vez tengan esa necesidad para comunicarse”, señaló.
Agregó que en provincia, lo que se tiene que hacer es un teatro pobre y no “chafa”.
Hizo hincapié en que si hay talento, preparación, conciencia del artista, más allá de los instrumentos que se utilicen, como el uso de lo virtual, existe lo tradicional, el teatro convencional que es el punto de partida del arte escénico.
“El talento no se modifica. El talento es el que se desarrolla, el que se hace a partir de la disciplina, del rigor, del estudio, de la paciencia, de la entrega, de la obsesión. El arte es una mala pasión del corazón del hombre”, abundó.
Cuando se le preguntó si observaba al diferencia entre las propuestas artísticas de los jóvenes de la década de los 60 con las propuestas que se han observado en el siglo XXI manifestó: “Sí. Totalmente por que los temas siguen siendo los mismos: el amor, la locura, la muerte y el poder. Con esos temas se puede abarcar toda la condición humana con sus diferentes matices. Estos son
temas abordados por los nuevos dramaturgos que hemos seguido de cerca.
Están hablando de otra manera pero de la misma cosa”, observó.
Se preguntó por qué los dramaturgos hablan de desamor, por qué de la soledad, la tristeza, la maldad.
“De pronto los dramaturgos ya establecidos le reprochan a los jóvenes que no están hablando de los problemas de la sociedad, de los problemas reales de cosas políticas, pero cómo les podemos pedir eso, si son jóvenes que nacieron y se desarrollaron en un país donde los partidos políticos demostraron su ineficacia”, opinó.
Reiteró que los jóvenes de los 60, tenían una visión política de la utopía, una visión de cambiar a través de las luchas políticas y a través de la lucha armada. “Los jóvenes de ahora no tuvieron esa opción, nacieron en un mundo ya estabilizado, en esta supuesta democracia (…) totalmente aparente. Cómo pedirles a los jóvenes que sean socializados, que sean políticos, cuando
están en un mundo podrido, que no tiene horizonte. Están hablando de la violencia, del desamor, del mundo que les está tocando vivir. El entorno social es totalmente distinto”, concluyó.
Tomado de:
No hay comentarios:
Publicar un comentario